I WISH I WAS IN PARIS...
...en la soleada terraza de alguna cafetería, mirando a la gente pasar o leyendo algún libro interesante. Ya ni siquiera me siento capaz de hacer eso. No leo nada desde hace semanas. Puede incluso que meses. Sólo paso las noches en vela y los días en una rutina que casi llega a incomodarme.
Me he cansado de fumar, de salir de marcha, de escuchar música con el volumen a tope, de comprar cosas, de cenar cada noche en la misma hamburguesería, de las mismas conversaciones día tras día...
Lo sigo haciendo porque es lo que he hecho hasta ahora, y no sé cómo podría cambiarlo sin cambiarme.
Sé que Paris apesta, y que los franceses son desagradables, y que todo es caro, y que probablemente nunca llegue a visitar esa ciudad en mi vida. Pongo la banda sonora de Amélie, dejo volar la imaginación hasta ese lugar común en nuestras mentes que es el Paris romántico y soleado, dejo volar las manos sobre el teclado.
Odio todo esto, joder.
Odio escribir este tipo de posts. No necesito compasión, ni propia ni ajena. Mi vida no es peor hoy de lo que lo era ayer, y seguramente no será mejor que mañana. De hecho, debería estar contento: el corrector del examen se apiadó de mi letra de maníaco depresivo y decidió aprobarme. Con sobresaliente, precisamente en el área donde más borrones y líneas ondulantes había. Un examen para el que no había estudiado en absoluto, al que fui sin haber dormido y sintiéndome, una vez más, Hunter S. Thompson en el desierto de Nevada. Como borracho que descubre su gran talento para el bel canto, empiezo a sospechar que en un estado de somnolencia e inseguridad total es cuando mejor escribo. Snob Neurotico, Rapsoda del Insomnio.
Por supuesto, esto es una estupidez. Todo el post lo es. No me siento capaz de juntar dos líneas de texto coherente, y aún así tenía ganas de intentarlo.
Me he cansado de fumar, de salir de marcha, de escuchar música con el volumen a tope, de comprar cosas, de cenar cada noche en la misma hamburguesería, de las mismas conversaciones día tras día...
Lo sigo haciendo porque es lo que he hecho hasta ahora, y no sé cómo podría cambiarlo sin cambiarme.
Sé que Paris apesta, y que los franceses son desagradables, y que todo es caro, y que probablemente nunca llegue a visitar esa ciudad en mi vida. Pongo la banda sonora de Amélie, dejo volar la imaginación hasta ese lugar común en nuestras mentes que es el Paris romántico y soleado, dejo volar las manos sobre el teclado.
Odio todo esto, joder.
Odio escribir este tipo de posts. No necesito compasión, ni propia ni ajena. Mi vida no es peor hoy de lo que lo era ayer, y seguramente no será mejor que mañana. De hecho, debería estar contento: el corrector del examen se apiadó de mi letra de maníaco depresivo y decidió aprobarme. Con sobresaliente, precisamente en el área donde más borrones y líneas ondulantes había. Un examen para el que no había estudiado en absoluto, al que fui sin haber dormido y sintiéndome, una vez más, Hunter S. Thompson en el desierto de Nevada. Como borracho que descubre su gran talento para el bel canto, empiezo a sospechar que en un estado de somnolencia e inseguridad total es cuando mejor escribo. Snob Neurotico, Rapsoda del Insomnio.
Por supuesto, esto es una estupidez. Todo el post lo es. No me siento capaz de juntar dos líneas de texto coherente, y aún así tenía ganas de intentarlo.
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