DEATHWATCH
Llevaba bastante tiempo sin escribir sobre una película, y eso que este verano he visto alguna novedad digna de elogio, como Piratas del Caribe, y otras merecedoras de más insultos de los existentes en el vocabulario castellano, como Tomb Raider 2 o American Wedding.
Esta noche, en lugar de salir de juerga (y emborracharme) o quedarme en casa (y emborracharme también), me he tragado Deathwatch, una película inglesa de terror sobrenatural ambientada en las trincheras de la Gran Guerra. Haceos una imagen: ratas, tiros y planos constantes de cadáveres descompuestos. Le faltan unos cuantos tiros, pero mola si eso es lo único que vas a buscar al cine.
Yo esperaba algo más, lo que un trailer alucinante me había prometido. Algo más épico, sangriento e inquietante: un Lovecraft con casco prusiano. Pero claro, era pedir demasiado, así que me estrellé cual coche de dummies contra El Arte de Morir meets Dog Soldiers meets Los Otros.
La niebla y la musiquilla son dos efectos que, a consecuencia del uso indiscriminado, terminan siendo irritantes. Bueno, la música es insoportable desde el principio. Con lo bien que hubiera quedado meter alguna cancioncilla de guerra por ahí, y de paso darle más uso a la radio: que sonara una y otra vez It's a long way to Tipperary podría dar un adecuado, aunque típico, toque terrorífico.
Eso es lo malo (o lo bueno, según se mire) de la película, que sales del cine comentando todas las cosas que cambiarías. Y especialmente, el final. He decidido hacer una lista con Cinco Finales Alternativos (Y Mejores) Para Deathwatch. Contiene spoilers y no es mi intención chafarte una película (por mala que sea), así que si quieres leerla, selecciona las siguientes líneas de texto:
1)La tierra se traga al prota. A continuación, el campo es cruzado por una ofensiva del ejército. Fin.
2)La bengala se apaga cuando el prota se ve a sí mismo entre sus compañeros. Fundido a negro. Fin.
3)El prota coge la radio tras verse a sí mismo, y dice lo de: "Compañía Y, no hay supervivientes". Fin.
4)El prisonero alemán le dispara al prota en vez de dejarlo marchar. Fin.
5)El prota se pierde en la niebla. Empiezan a sonar disparos. Fin.
Entre los personajes destaca Quinn (Andy Serkis AKA Gollum), el típico tipo ultraviolento que cambia fusil por maza claveteada, y que se sentiría en familia luchando junto a La Brigada de Fusileros (un alocado y absolutamente recomendable comic bélico de Garth Ennis y Carlos Ezquerra). Y, por supuesto, Bradford (Hugh O'Conor, en la foto), el soldado que se dedica a leer fragmentos de la biblia en los funerales y ser blanco de los insultos del resto de la compañía. Bradford es idéntico 100% a Tónicas, un (afortunadamente) ex-amigo mío. Igual de misterioso, igual de inquietante, igual de gilipollas. Y esa mirada de cabrón...
Imaginaos al tipo de la foto con coloretes a lo Heidi y camisa rosa, y tendréis a Tónicas. Dadle recuerdos si os lo encontráis por la calle.
Y, pese a que he puesto a parir esta película, os recomiendo que la veáis. En realidad no es tan mala como doy a entender (soy un criticón nato), tiene un par de detalles buenos (que plagiaré descaradamente cuando sea director de cine) y suficientes ratas, tiros y planos constantes de cadáveres descompuestos como para merecer la pena. No esperéis a Lovecraft con casco prusiano, sino una agradable velada encontrándole fallos entre amigos, delante de una cerveza.
Llevaba bastante tiempo sin escribir sobre una película, y eso que este verano he visto alguna novedad digna de elogio, como Piratas del Caribe, y otras merecedoras de más insultos de los existentes en el vocabulario castellano, como Tomb Raider 2 o American Wedding.
Esta noche, en lugar de salir de juerga (y emborracharme) o quedarme en casa (y emborracharme también), me he tragado Deathwatch, una película inglesa de terror sobrenatural ambientada en las trincheras de la Gran Guerra. Haceos una imagen: ratas, tiros y planos constantes de cadáveres descompuestos. Le faltan unos cuantos tiros, pero mola si eso es lo único que vas a buscar al cine.
Yo esperaba algo más, lo que un trailer alucinante me había prometido. Algo más épico, sangriento e inquietante: un Lovecraft con casco prusiano. Pero claro, era pedir demasiado, así que me estrellé cual coche de dummies contra El Arte de Morir meets Dog Soldiers meets Los Otros.
La niebla y la musiquilla son dos efectos que, a consecuencia del uso indiscriminado, terminan siendo irritantes. Bueno, la música es insoportable desde el principio. Con lo bien que hubiera quedado meter alguna cancioncilla de guerra por ahí, y de paso darle más uso a la radio: que sonara una y otra vez It's a long way to Tipperary podría dar un adecuado, aunque típico, toque terrorífico.
Eso es lo malo (o lo bueno, según se mire) de la película, que sales del cine comentando todas las cosas que cambiarías. Y especialmente, el final. He decidido hacer una lista con Cinco Finales Alternativos (Y Mejores) Para Deathwatch. Contiene spoilers y no es mi intención chafarte una película (por mala que sea), así que si quieres leerla, selecciona las siguientes líneas de texto:
1)La tierra se traga al prota. A continuación, el campo es cruzado por una ofensiva del ejército. Fin.
2)La bengala se apaga cuando el prota se ve a sí mismo entre sus compañeros. Fundido a negro. Fin.
3)El prota coge la radio tras verse a sí mismo, y dice lo de: "Compañía Y, no hay supervivientes". Fin.
4)El prisonero alemán le dispara al prota en vez de dejarlo marchar. Fin.
5)El prota se pierde en la niebla. Empiezan a sonar disparos. Fin.
Entre los personajes destaca Quinn (Andy Serkis AKA Gollum), el típico tipo ultraviolento que cambia fusil por maza claveteada, y que se sentiría en familia luchando junto a La Brigada de Fusileros (un alocado y absolutamente recomendable comic bélico de Garth Ennis y Carlos Ezquerra). Y, por supuesto, Bradford (Hugh O'Conor, en la foto), el soldado que se dedica a leer fragmentos de la biblia en los funerales y ser blanco de los insultos del resto de la compañía. Bradford es idéntico 100% a Tónicas, un (afortunadamente) ex-amigo mío. Igual de misterioso, igual de inquietante, igual de gilipollas. Y esa mirada de cabrón...
Imaginaos al tipo de la foto con coloretes a lo Heidi y camisa rosa, y tendréis a Tónicas. Dadle recuerdos si os lo encontráis por la calle.
Y, pese a que he puesto a parir esta película, os recomiendo que la veáis. En realidad no es tan mala como doy a entender (soy un criticón nato), tiene un par de detalles buenos (que plagiaré descaradamente cuando sea director de cine) y suficientes ratas, tiros y planos constantes de cadáveres descompuestos como para merecer la pena. No esperéis a Lovecraft con casco prusiano, sino una agradable velada encontrándole fallos entre amigos, delante de una cerveza.
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