UN PAÍS DE CAMAREROS
A 100 días del Xacobeo 2004, sale un tipo de barbas en los informativos de la Telegaita diciendo que en Galiza debe crecer el sector servicios, y que nos vayamos despidiendo de la agricultura, la ganadería y la pesca.
Vivo en Compostela, una ciudad que tiene 100 bares por habitante, que subsiste gracias a la universidad, la Xunta y el turismo. He visto desaparecer la poca industria que pudo haber existido en este país, he visto gente recibir multas porque sus vacas dan demasiada leche, he visto costas llenas de mierda por culpa de políticos que luego compraron el voto (y el silencio) de las familias afectadas.
Y ahora un tipo de barbas con pinta de cargo público dice que el futuro está en la economía tercermundista de las tiendas de recuerdos, los hostales de dos estrellas, los autobuses del inserso, las marisquerías y los bares llamados "Miami".
Eso parece ser una realidad aceptada, incluso celebrada, por la gente de mi ciudad. Pero me gustaría saber qué opinan los habitantes de las aldeas más recónditas de Lugo y Ourense, a las que nunca va nadie, cuando les digan que su futuro consiste en currar toda su vida de camareros, y al terminar la jornada, fundirse el sueldo en bares para mantener la economía de la nación.
A 100 días del Xacobeo 2004, sale un tipo de barbas en los informativos de la Telegaita diciendo que en Galiza debe crecer el sector servicios, y que nos vayamos despidiendo de la agricultura, la ganadería y la pesca.
Vivo en Compostela, una ciudad que tiene 100 bares por habitante, que subsiste gracias a la universidad, la Xunta y el turismo. He visto desaparecer la poca industria que pudo haber existido en este país, he visto gente recibir multas porque sus vacas dan demasiada leche, he visto costas llenas de mierda por culpa de políticos que luego compraron el voto (y el silencio) de las familias afectadas.
Y ahora un tipo de barbas con pinta de cargo público dice que el futuro está en la economía tercermundista de las tiendas de recuerdos, los hostales de dos estrellas, los autobuses del inserso, las marisquerías y los bares llamados "Miami".
Eso parece ser una realidad aceptada, incluso celebrada, por la gente de mi ciudad. Pero me gustaría saber qué opinan los habitantes de las aldeas más recónditas de Lugo y Ourense, a las que nunca va nadie, cuando les digan que su futuro consiste en currar toda su vida de camareros, y al terminar la jornada, fundirse el sueldo en bares para mantener la economía de la nación.
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