EL REGRESO DE LA PANDILLA BASURA
Cuando me enteré, por el catálogo Previews, de que los cromos de La Pandilla Basura van a volver a editarse, me puse a indagar sobre ellos por internet. Ayer me encontré con la imagen de arriba en las noticias de Yahoo. Ya ha llovido desde que esta colección estuvo de moda, y las ilustraciones resultan casi inocentes tras una década de Ren & Stimpy y Cow & Chicken, pero su espíritu satírico se mantiene.
Por si no los conoceis, los cromos de La Pandilla Basura llevaban dibujos de bebés angelicales realizando alguna actividad asquerosa y generalmente dañina, o siendo víctimas de alguna perrería. Nunca llegué a coleccionarlos, pero tenía unos cuantos y me volvía loco mirándolos. Es de dominio público que a los niños pequeños les chiflan las guarradas. Recuerdo que en uno de los que tenía, titulado Cayetano Matasanos (los nombres rimaban), un dentista se llevaba algo más que la muela que pretendía arrancar.
Los Garbage Pail Kids (su nombre original, que significa Niños del Cubo de Basura) concebidos como una parodia de las muñecas Cabbage Patch Kids, causaron gran controversia cuando aparecieron, fueron prohibidos en muchas escuelas y blanco de la ira de asociaciones de padres. Más a causa que a pesar de eso, tuvieron un gran éxito, y en poco tiempo sacaron 15 series, varias ediciones en otros idiomas y montones de merchandising, además de una película (la he visto, aunque creo que era tan mala que la borré de mi memoria).
El creador de los GPK fue Art Spiegelman, un guionista y dibujante de comics underground que años después recibiría el premio Pulitzer por Maus, una sobrecogedora crónica en viñetas del holocausto, protagonizada por ratones judíos. Spiegelman fue lector de la revista Mad en su infancia, y la faceta humorística de su obra, como la de muchos otros dibujantes de comics de su generación, está influenciada por el estilo de dicha publicación, y esto se ve claramente en La Pandilla Basura.
Los antiguos cromos son hoy día un objeto de coleccionista, así que si tienes una colección completa y en buen estado te puedes sacar un buen pico vendiéndola en eBay, o en alguna web especializada en el tema.
Por cierto, los tarados del PETA han montado una campaña para animar a los niños a dejar de ser unos asquerosos adictos a la leche de vaca y pasarse a la soja. En la web tienen unos dibujos inspirados en La Pandilla Basura, que explican las consecuencias de la ingestión de productos lácteos, como flatulencia, diabetes u otitis. Hay gente para todo...
Cuando me enteré, por el catálogo Previews, de que los cromos de La Pandilla Basura van a volver a editarse, me puse a indagar sobre ellos por internet. Ayer me encontré con la imagen de arriba en las noticias de Yahoo. Ya ha llovido desde que esta colección estuvo de moda, y las ilustraciones resultan casi inocentes tras una década de Ren & Stimpy y Cow & Chicken, pero su espíritu satírico se mantiene.
Por si no los conoceis, los cromos de La Pandilla Basura llevaban dibujos de bebés angelicales realizando alguna actividad asquerosa y generalmente dañina, o siendo víctimas de alguna perrería. Nunca llegué a coleccionarlos, pero tenía unos cuantos y me volvía loco mirándolos. Es de dominio público que a los niños pequeños les chiflan las guarradas. Recuerdo que en uno de los que tenía, titulado Cayetano Matasanos (los nombres rimaban), un dentista se llevaba algo más que la muela que pretendía arrancar.
Los Garbage Pail Kids (su nombre original, que significa Niños del Cubo de Basura) concebidos como una parodia de las muñecas Cabbage Patch Kids, causaron gran controversia cuando aparecieron, fueron prohibidos en muchas escuelas y blanco de la ira de asociaciones de padres. Más a causa que a pesar de eso, tuvieron un gran éxito, y en poco tiempo sacaron 15 series, varias ediciones en otros idiomas y montones de merchandising, además de una película (la he visto, aunque creo que era tan mala que la borré de mi memoria).
El creador de los GPK fue Art Spiegelman, un guionista y dibujante de comics underground que años después recibiría el premio Pulitzer por Maus, una sobrecogedora crónica en viñetas del holocausto, protagonizada por ratones judíos. Spiegelman fue lector de la revista Mad en su infancia, y la faceta humorística de su obra, como la de muchos otros dibujantes de comics de su generación, está influenciada por el estilo de dicha publicación, y esto se ve claramente en La Pandilla Basura.
Los antiguos cromos son hoy día un objeto de coleccionista, así que si tienes una colección completa y en buen estado te puedes sacar un buen pico vendiéndola en eBay, o en alguna web especializada en el tema.
Por cierto, los tarados del PETA han montado una campaña para animar a los niños a dejar de ser unos asquerosos adictos a la leche de vaca y pasarse a la soja. En la web tienen unos dibujos inspirados en La Pandilla Basura, que explican las consecuencias de la ingestión de productos lácteos, como flatulencia, diabetes u otitis. Hay gente para todo...
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