SID, QUEREMOS UN HIJO TUYO
De mi segunda visita al Salón del Cómic de Coruña, regresé con una figurita que representa a uno de los mayores ídolos del punk rock, y probablemente el más injustificado: Sid Vicious.
Sid representa para muchos la quintaesencia del Punk: un joven de clase baja, sin estudios ni trabajo, violento (especialmente en los conciertos), anarquista, nihilista, autodestructivo... Todos estos adjetivos son sin duda aplicables, pero también se debe añadir a la lista "tan carente de sentido común como de inteligencia".
Para ser el más recordado integrante de los Sex Pistols, Sid hizo más bien poco por la banda. Los Pistols ya habían lanzado su single Anarchy in the UK e influenciado a toda una generación de músicos, cuando el bajista Glen Matlock fue despedido y sustituído por Vicious. Hasta entonces, solo era un amigo y fan más de la banda, y un habitual de la boutique Sex, centro de operaciones del grupo y propiedad de su manager Malcolm McLaren.
Pese a haber sido batería de Siouxsie & The Banshees durante un período corto de tiempo, Sid no sabía tocar ningún instrumento. De hecho, era tan malo que, durante la grabación del álbum Never Mind The Bollocks: Here's The Sex Pistols, Malcolm McLaren se vio obligado a contratar al anterior bajista, Glen Matlock, como músico de estudio.
Poco después de unirse a los Pistols, Sid conoció a la groupie, yonki y ex-prostituta Nancy Spungen, que, según cuenta la leyenda, había ido a Londres a "acostarse con un Sex Pistol". Nancy resulto ser peor todavía que Yoko Ono. La gente la catalogaba nada más conocerla como una zorra manipuladora. Sid se dejó llevar por ella, y pronto se hizo adicto a la heroína, dejó de practicar con el bajo y abandonó los Sex Pistols, iniciando una lamentable carrera en solitario con su novia como representante.
La pareja solía tener violentas discusiones. Una mañana, Sid se despertó en su habitación de hotel y encontró a Nancy muerta por apuñalamiento. No recordaba lo sucedido la noche anterior. Fue arrestado por asesinato, pero McLaren pagó su fianza. En los meses siguientes, la espiral de autodestrucción por la que se deslizaba, llevó a Sid Vicious entre rejas en varias ocasiones.
En febrero de 1979, Sid murió por sobredosis. Tenía solo 21 años. La heroína le impidió dejar un bonito cadáver, pero no una leyenda tras de sí.
De mi segunda visita al Salón del Cómic de Coruña, regresé con una figurita que representa a uno de los mayores ídolos del punk rock, y probablemente el más injustificado: Sid Vicious.
Sid representa para muchos la quintaesencia del Punk: un joven de clase baja, sin estudios ni trabajo, violento (especialmente en los conciertos), anarquista, nihilista, autodestructivo... Todos estos adjetivos son sin duda aplicables, pero también se debe añadir a la lista "tan carente de sentido común como de inteligencia".
Para ser el más recordado integrante de los Sex Pistols, Sid hizo más bien poco por la banda. Los Pistols ya habían lanzado su single Anarchy in the UK e influenciado a toda una generación de músicos, cuando el bajista Glen Matlock fue despedido y sustituído por Vicious. Hasta entonces, solo era un amigo y fan más de la banda, y un habitual de la boutique Sex, centro de operaciones del grupo y propiedad de su manager Malcolm McLaren.
Pese a haber sido batería de Siouxsie & The Banshees durante un período corto de tiempo, Sid no sabía tocar ningún instrumento. De hecho, era tan malo que, durante la grabación del álbum Never Mind The Bollocks: Here's The Sex Pistols, Malcolm McLaren se vio obligado a contratar al anterior bajista, Glen Matlock, como músico de estudio.
Poco después de unirse a los Pistols, Sid conoció a la groupie, yonki y ex-prostituta Nancy Spungen, que, según cuenta la leyenda, había ido a Londres a "acostarse con un Sex Pistol". Nancy resulto ser peor todavía que Yoko Ono. La gente la catalogaba nada más conocerla como una zorra manipuladora. Sid se dejó llevar por ella, y pronto se hizo adicto a la heroína, dejó de practicar con el bajo y abandonó los Sex Pistols, iniciando una lamentable carrera en solitario con su novia como representante.
La pareja solía tener violentas discusiones. Una mañana, Sid se despertó en su habitación de hotel y encontró a Nancy muerta por apuñalamiento. No recordaba lo sucedido la noche anterior. Fue arrestado por asesinato, pero McLaren pagó su fianza. En los meses siguientes, la espiral de autodestrucción por la que se deslizaba, llevó a Sid Vicious entre rejas en varias ocasiones.
En febrero de 1979, Sid murió por sobredosis. Tenía solo 21 años. La heroína le impidió dejar un bonito cadáver, pero no una leyenda tras de sí.
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