TÉ CON PASTAS

- ¿Te importa que fume?
- Toma, coge del mío.
- Gracias.
- No sabía que... bueno, no me esperaba que tú... que esto fuese así.
- ¿Qué esperabas?
- Bueno... algo menos literal.
- Lo suponía.
- ¿Te he ofendido?
- No, son cosas a las que te acostumbras. No te preocupes. Por cierto, ¿qué es esto que está sonando?
- Los Cramps. En castellano sería algo así como "no te comas las cosas de la acera".
- Me gusta.
- ¿En serio? Pensé que preferirías cosas más... acordes con tu naturaleza.
- Se cantan muchas cosas estúpidas sobre mí. Y también se escriben, se dicen y se creen, que es peor. Me gusta Elvis Costello. Y Jonathan Richman.
- Nunca me perdonaré el haberme perdido aquel concierto de Richman.
- Yo tampoco lo haría.
- Ese tipo es el mejor antidepresivo que existe.
- El segundo.
- Disculpa. Por supuesto, antes estás...
- Otis Redding.
- Oh... bueno, tengo que darte la razón. ¿Conoces My Lover's Prayer?
- Sí, claro.
- Es algo así como la canción romántica definitiva para mí.
- ¿Has prestado atención a la letra? Es muy triste.
- Ya. Ahora me recuerda cosas por las que he pasado. Pero siempre me ha gustado. Puede que fuera otro de esos casos de canciones premonitorias. Pero supongo que tiene que ver con cómo soy yo.
- ¿Cómo eres?
- Odio cuando un amigo mío dice eso de "unos nacen con estrella, y otros..."
- ...nacen estrellados. Eso es una mierda autocompasiva.
- Lo sé. Culpar al destino es demasiado tentador. Y difícil afrontar tu responsabilidad, especialmente cuando no entiendes qué sucede.
- ¿Cómo te encuentras ahora?
- Solo. Desganado. Como en suspensión criogénica. Odiando hablar de mis sentimientos, pero necesitándolo a menudo. Ya no sé qué esperar al futuro, pero al menos no vivo mirando hacia atrás.
- ¿Intentas olvidar, soltar lastre?
- No, eso es para cobardes. El pasado no puede herirme. Tengo la conciencia tranquila.
- Siniestro Total decían que "sólo los estúpidos tienen..."
- Parafraseando a MPX, ponme una conciencia tranquila y llámame estúpido.
- Bueno, me alegro por tí entonces.
- Gracias.
- Creo que ha llegado la hora de que me vaya.
- Ha sido un placer.
- ¿No habías dicho alguna vez que me romperías las gafas si alguna vez me encontrabas por ahí?
- Cierto.
- Bueno, ya ves que no uso.
- No importa.
- ¿Te he decepcionado?
- En absoluto. En cierto modo, eres exactamente como te imaginaba.
- Buenas noches, Snob.
- ¿Volverás?
- Eso es asunto tuyo.