ODIO A LA GENTE QUE ME PIDE QUE ESCRIBA
¿Tengo pis? Debería ir a mirar... Pero me muero por una cerveza. Siempre he pensado que la segunda sensación más horrible que existe, después de tener sed y ni gota de agua (vale, estoy seguro de que existen cosas mucho más desagradables, como morir ahogado en un tanque de nata líquida, pero permitidme una licencia poética, ya que me negais la de armas), es tener sed y ganas de mear. Imagínate delante del w.c. (no sé si se escribe váter o báter), castigando la porcelana (lo siento, chicas, esta noche no hay imagen mental para vosotras) mientras echas la cabeza hacia atrás y fundes tu boca con la de cristal verde de la botella de Heineken, el beso más reconfortante que puede dar un objeto inanimado... Son dos placeres. Dos grandes placeres. Ambos tan reconfortantes y, a la vez, tan opuestos...
¿Tengo pis? Debería ir a mirar... Pero me muero por una cerveza. Siempre he pensado que la segunda sensación más horrible que existe, después de tener sed y ni gota de agua (vale, estoy seguro de que existen cosas mucho más desagradables, como morir ahogado en un tanque de nata líquida, pero permitidme una licencia poética, ya que me negais la de armas), es tener sed y ganas de mear. Imagínate delante del w.c. (no sé si se escribe váter o báter), castigando la porcelana (lo siento, chicas, esta noche no hay imagen mental para vosotras) mientras echas la cabeza hacia atrás y fundes tu boca con la de cristal verde de la botella de Heineken, el beso más reconfortante que puede dar un objeto inanimado... Son dos placeres. Dos grandes placeres. Ambos tan reconfortantes y, a la vez, tan opuestos...
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